Gabriela Ruggeri conoce a fondo el ecosistema emprendedor de la región. Lidera Kamay Venture junto a su socio Antonio Peña, el fondo de venture capital de Arcor, Coca-Cola Latam y Bimbo que tiene como norte invertir en startups que ayuden a la digitalización de la cadena desde el agro, desde el productor hasta el consumidor. Como experta puede hacer una radiografía detallada del venture capital en toda la región.

El año pasado cerraron con 17 empresas invertidas, seis de las cuales que se sumaron en 2024, además de varios follow ups en iniciativas que buscan expandirse.

Entre ellas, firmas como Wiagro, que utiliza IoT para evitar la pérdida y desperdicio de 1.200 millones de toneladas de alimentos que se produce durante y después de la cosecha, o Webee, una startup de Silicon Valley que optimiza la manufactura y la agricultura permitiendo ahorrar hasta un 15% de consumo energético y aminorar el riesgo de detención de líneas de maquinarias a un 20 por ciento.

Desde 2019, año de la creación de Kamay, lleva analizados 1.500 proyecto en toda la región.

Para 2025 las expectativas son prometedoras. No solo piensan apostar por 10 ideas innovadoras con un ticket promedio de US$ 500.000, sino que, desde fines del año pasado cerraron el fondo especializado en capital semilla con dos socios más: Corporación Financiera de Desarrollo Internacional (DFC) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Además, también en 2024, Coca-Cola hizo un commitment adicional y sumó más recursos. "Las condiciones, de a poco, se van poniendo más propicias, todavía falta un poco", define Ruggeri.

También, en abril vuelve el Kamay Code, esta vez en Córdoba. "En 2023 se hizo en Buenos Aires y San Pablo, en 2024 en Ciudad de México y Bogotá y este año en Córdoba, provincia de origen del grupo Arcor", detalla la experta.

¿Por qué Córdoba?

Porque creemos que es uno de los polos en Argentina para el mundo agrifootech, y es uno de los diferenciales que tiene el país también en sustentabilidad vinculada al agtech al margen de varias empresas de tecnología, especialmente fintechs. Realmente Córdoba es un supermercado.

Creemos en una Argentina federal y poder tener buen talento de muchos lugares y Córdoba es donde estuvo la primera universidad. Poder mostrar todo eso al mundo y a socios de otras partes de la región es muy bueno, mostrar más que Buenos Aires.

¿Cómo ves el Venture Capital en la Argentina y en la región?

Latinoamérica viene creciendo exponencialmente en la última década con los vaivenes que esto tiene. La inversión en startups se multiplicó por 10 en los últimos 12 años con un pico en 2021 en donde superó los US$ 20.000 millones, pero veníamos de un 2011/12 donde eran menos de US$ 1000 millones lo que se invertía en toda la región.

Además, se han generado unicornios y los ecosistemas entorno a esos unicornios en diferentes países. Cuando hay un unicornio en una país lo que sucede, al margen de cuántos haya, es un efecto derrame lo que hace entorno a esa actividad se cree mucha innovación en la industria a la cual pertenece. Hay más personas propensas a emprender y tomar riesgo.

Entonces vemos que hoy, si bien Brasil y México lideran en términos de volumen de inversiones, Argentina, Colombia y Chile son los que siguen fuertemente por detrás.

¿Qué sectores miran los inversores?

Los sectores más claves para este año del lado de lo que invertimos nosotros son foodtech y agtech y en fintech, como sigue habiendo un bajo nivel de bancarización en la región todavía hay muchas oportunidades. También va a haber movimiento en e-commerce y logística con el gran derrame de Mercado Libre y también de Mercado Pago.

En este crecimiento de América latina, durante la pandemia Argentina fue el país que más creció en actividad de comercio digital en el mundo. Todos los países crecieron mucho, pero la Argentina creció más porque acá había mucho uso de efectivo. Y como consecuencia todas las empresas de logísticas están creciendo. Entonces, veo que todavía hay lugar para entrar.

En otros sectores que no son tanto el foco de Kamay, como edtech y healthtech también va a haber actividad. Y todos los sectores están atravesados por la inteligencia artificial.

¿Las condiciones en la Argentina mejoraron?

Sí, la Argentina está en mejores condiciones de hacer negocios para permitir el movimiento de capitales. El solo hecho de que podamos pagar importaciones o invertir en un proyecto afuera y que de afuera puedan invertir en un proyecto acá es un montón. Eso, en términos globales, no significa que somos los mejores, significa que nos pusimos a la altura, era lo mínimo.

Los inversores tienen que recuperar la confianza de que esto no es transitorio, que no es que una vez más abrimos y después cerramos. Pero, la verdad es que internacionalmente, desde el mundo de los negocios, el cambio se vio como algo muy positivo.

¿Volvemos a estar en el mapa del Venture Capital?

Eso necesita más que un añito. Los fondos de venture capital vivimos ciclos de 10 años y depende como está cada fondo, cada dos o tres años nos toca levantar capital.

¿Los nuevos socios no fueron empresas, a qué se debe?

El BID si bien es un multilateral no deja de ser un banco y al igual que DFC ambos buscan apoyar el desarrollo de América latina y fomentar la inclusión digital y financiera y mejorar el impacto de las inversiones en la región y eso se alinea muy bien con lo que nosotros queremos hacer. De hecho, con respecto a DFC fuimos uno de los dos únicos fondos en los que invirtió, eso es un muy buen indicador.

Como todo, esto tiene sus retos, inestabilidad económica, cambiaria, regulaciones, temas fiscales hacen que esto tenga ciertos desafíos y nosotros queremos tratar de enfocarnos en que aceptamos el riesgo del negocio, estamos en una clase de activo de alto riesgo, pero debemos enfocarnos en apostar en que la innovación y la tecnología pueden mejorar la calidad de vida de las personas y darle más oportunidades, por ejemplo, a alguien con una tienda o a un productor.

¿Qué hace falta en el país para que el Venture Capital crezca aún más?

Creo que la Argentina viene recorriendo un camino de flexibilización, de tratar de transparentar reglas y de reducción de carga impositiva que son todas cosas beneficiosas para que se hagan negocios. Siempre que la dirección sea reglas más claras y más simple y que se mantengan de forma consistente mejoran el clima de negocios.

Ahora es momento de arremangarse e ir para adelante y aprovechar oportunidades que si las aprovechamos en momentos difíciles, ahora deberíamos aprovecharlas mucho más.