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Procedimiento:
Mezclar en un recipiente partes iguales de agua tibia y vinagre blanco.
Sumergir la prenda manchada en esta solución y dejar reposar durante 30 minutos.
Tras el remojo, retirar la prenda y espolvorear bicarbonato de sodio directamente sobre las áreas afectadas.
Frotar suavemente con un cepillo de cerdas suaves para no dañar el tejido.
Lavar la prenda como se hace habitualmente.
Este método es efectivo y respetuoso con los tejidos, además de ser una opción económica y ecológica.
El limón es conocido por sus propiedades blanqueadoras naturales, y combinado con sal, puede ser especialmente útil para tratar manchas localizadas en la ropa blanca.
Procedimiento:
Exprime el jugo de un limón directamente sobre la mancha amarilla.
Espolvorea una pequeña cantidad de sal sobre el área tratada.
Frota suavemente y coloca la prenda al sol durante aproximadamente 30 minutos.
Después, lava la prenda como de costumbre.
Este remedio es especialmente eficaz para manchas recientes y ayuda a mantener la blancura de las prendas.
El agua oxigenada (peróxido de hidrógeno) es otro recurso útil para eliminar las manchas amarillas sin dañar los tejidos.
Procedimiento:
Mezcla una parte de agua oxigenada con dos partes de agua.
Aplica la solución sobre la mancha y deja actuar durante 15-20 minutos.
Enjuaga con agua fría y lava la prenda como lo haces habitualmente.
Este método es seguro para la mayoría de los tejidos y ayuda a restaurar la blancura original de la ropa.
Mantener la ropa blanca libre de manchas amarillas es totalmente posible gracias a estos métodos sencillos y accesibles. Además de su efectividad, emplean ingredientes que suelen encontrarse fácilmente en casa, lo que los convierte en soluciones tanto prácticas como económicas.
Sin embargo, siempre es recomendable leer las etiquetas de cuidado de las prendas y, si es posible, realizar una prueba en una zona poco visible antes de aplicar cualquier tratamiento.